El Parc Natural de la Serra del Montsant se ubica en la comarca del Priorat y abarca una enorme extensión caracterizada por un relieve escarpado, con cavernas, barrancos y picos. Entre los montes de mayor altura, se destacan la Roca Corbatera y el Piló dels Senyalets, ambos por encima de los 1.100 metros.
La riqueza del parque abarca tanto la biodiversidad, con sus centenares de especies animales y vegetales, como también un importante patrimonio histórico y cultural. Entre los bosques y desfiladeros que conforman la reserva pueden hallarse además emplazamientos humanos muy valiosos, como la ermita de Sant Bartomeu, que data del siglo XII.
Dentro de los límites del parque se desarrollan numerosos senderos, especialmente creados para que los amantes de la naturaleza tomen contacto directo con cada uno de los rincones del Montsant. Para los viajeros que gusten de las emociones fuertes, también el ciclismo y los deportes de montaña tienen su lugar en la reserva. Si se cuenta con el equipo adecuado y el acompañamiento de un guía especializado, es posible vivir al máximo todo lo que este espacio protegido tiene para ofrecer, junto con una gran dosis de adrenalina.
Esta reserva natural forma parte de la lista de espacios bajo protección especial de la comunidad autónoma de Cataluña. En ella se encuentran asimismo otros sitios de interés natural y cultural como los parques naturales de Altos Pirineos y Cabo de Creus, junto al más importante de los espacios protegidos de la región: el Parque Nacional de Aiguas Tortas y Lago de San Mauricio.
La creación del parque
El Parque Natural del Montsant fue declarado espacio protegido en el año 2002 por el Parlamento de Cataluña. La razón para esta acción fue la de conservar la biodiversidad especial de este rincón de la región y fomentar el desarrollo sostenible de las actividades que ya tenían lugar en la zona.
Como parte del proceso de adecuación, se decidió también regular las actividades de montañismo. Las autoridades han dividido el área de la reserva en zonas aptas para la escalada libre, es decir, sin la necesidad de solicitar autorización, y otras en las que el deporte está limitado a cierto período del año. Esta medida tiene como objetivo preservar al máximo el patrimonio geológico del macizo.